domingo, 2 de septiembre de 2012

Los Apoca-listos

-Mi blog de cumpleaños, para no perder la tradición.

¿Alguien se acuerda a finales de 1999 cuando el mundo se iba a acabar y además de todo, los computadores y cualquier cosa remotamente inteligente iban a resultar con el chip tostado de no poder cambiar de fecha? ¿También se acuerdan cuando colegios, universidades, empresas y hogares se quedaron engrampados con un montón de software y papelería que se fechaba 19_ _? ¿O cuánto tiempo se demoró usted, personalmente, en poder escribir el año sin necesidad de borrar el 19 que ya había empezado a teclear?
Pues varias cosas graves han pasado desde entonces. Ataques terroristas, invasiones internacionales, terremotos, huracanes y reality shows. Todas y cada una de estas circunstancias han demostrado que se necesita muy poco para agarrar a la humanidad con los calzones abajo en caso de emergencia. No es materia de chiste la tragedia humana que estos eventos conllevan, pero si es suficiente motivo de reflexión para mi, que me estoy acomodando muy plácidamente al final de una cadena de abastecimiento que es tan fuerte como una llanta de camión vieja que debería estar sirviendo de columpio en un árbol mas que como parte del sistema que transporta el papel higiénico y demás  víveres hacia la civilización.
Ahora a uno de esos canales de documentales, descubriendo el agua tibia, se le ocurrió ir por el país buscando a la gente que está convencida de que el desastre va a ocurrir mañana y se preparan tanto como la NASA solía preparar los viajes del trasbordador espacial. Los "doomsday preppers", o sea los que están listos para el día del desastre, o como los acabo de bautizar "los apoca-listos". Desde gente que tiene el garaje de la casa convertido en una salsamentaría, hasta especialistas en táctica militar que tienen la casa llena de armas y sacan a los niños al campo a afinar la puntería, pasando por los que han comprado barcos y búnkeres para "hibernar" mientras pasa el evento apocalíptico que ellos esperan. La mayoría de estos cristianos, están un poco corriditos de teja, pero en realidad cuando pase algo feo, ellos tendrán su galón de gasolina, su calambuco de agua, su tazada de arroz y un arma con munición para hacerle frente a la "fiestecita" que va a ser la sociedad sin estructura, sin ley y sin cadena de abastecimiento.
No faltará quien diga que es absurdo convertirse en su propia póliza contra catástrofes, que la vida hay que vivirla día a día y que algún dios proveerá en caso de erupciones volcánicas, meteoritos, colapsos del sistema bancario o que dejen de pasar La Momia los domingos en algún canal de cable. Pero la verdad es que en caso de pelotera local o global, los que se prepararon para la invasión alienígena, el derretimiento de las capas de hielo o el tsunami de Puerto Colombia se van a reír mientras esquivan a los no iniciados que pretendan despojarlos de su kit del fin del mundo.
A la gente normal y poco proactiva como yo, no le quedara más que buscar algún transporte hasta el centro comercial más cercano y apertrecharse en su interior con los otros doscientos mil desprevenidos que se les ocurrió la misma idea porque no llevaban años preparando evacuaciones ni raciones de emergencia. Así que ya saben, en caso de zombies, nos vemos en la olímpica más cercana.

2 comentarios:

  1. Ese programita de los que se preparan para la hecatombe, tiene su encanto. Podemos aprender cosas valiosas para cuando lleguen los zombies o el chupacabras a hacer de las suyas.

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  2. Juemadres, hay que alistar entonces una ración de ginger, roncito, limoncitos y muchos libros de aventura .......

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