viernes, 16 de septiembre de 2011

Las reinas del mondongo

-En serio que no tiene nada que ver con cierto cumpleaños...

A veces me inunda la gratitud cuando pienso que siquiera no me toco posar ante cámaras digitales de súper resolución en ciertos eventos. No puedo sentirme menos que afortunada al saber que algunas imágenes mías se irán deteriorando en el amarillento pasar del tiempo hasta que ya no se sepa exactamente qué fue lo que paso ese día, ni que hacía yo ahí.
Todo esto a raíz de unas fotos de esas que las madres abnegadas guardan con orgullo de los logros de sus retoños y que me tropecé inocentemente en casa de mi cuñis-hermana mientras me servían coca cola en vasito de mermelada reciclado.  En ellas, una sonriente, dientona y flacuchenta futura doctora lucía un vestido de baño de color noventero fosforescente y posaba entaconada bajo unas ocho capas de polvo Nailen numero cinco. La de la foto profesional comprada a cinco mil sonreía mostrando al menos veintiocho de los treinta y dos dientes, y sin hacer esfuerzo de metida de barriga, daba el ángulo preciso para que ciertos músculos que hace rato no vemos ni sentimos dieran la forma perfecta de exceso en los noventas y carencia en los sesenta.  Ah, juventud divino tesoro, antes de que fuera la norma hacerse cirugías o de que las fotos fueran arregladas a punta de photoshop, nosotras logramos guardar la imagen de nuestra socialmente aceptada “belleza” al natural que cada año se nos escapa mas y mas. El nombre del evento me lo reservo para evitar regalar publicidad en este espacio, puesto que el internet para sacarlo no es gratis y el computador en el que escribo no se paga solo. Baste decir que en este país de reinados oficiales, naturales, vegetales, minerales y bacterianos, la que no es reina es porque no quiere.  De manera que en nuestra juventud ya algo lejana, la madre de mi sobrina y yo taconeamos la misma tarima bajo la estricta supervisión de la instructora de posado, sonrisa, caminada y voleada de cabello, a la cual le debemos que en lo que va del nuevo siglo, nunca nos hayan cogido mal parqueadas para una foto, por más que nos duelan los cachetes de esperar sonriendo que el fotógrafo le encuentre el botón a la cámara.
Que conste que no estoy demeritando la carrera real, al contrario, este escrito es un homenaje a las sacrificadas misses, que hacen esfuerzos inauditos para verse como barbies asi sea por unas horas y que gente bien fea les diga si se ajustan al modelo estándar de la época lo suficiente para ceñir la corona hasta que otra más joven y bonita la reemplace al año siguiente. Ahora las que logran mantener el look tras retirarse de las pasarelas merecen mención de honor, y las que encima de todo viven de pelar el diente y mostrar las curvas, mis respetos, que eso no es nada fácil.
Pero mirando detenidamente esas fotos, pienso que tal vez en mis años mozos le di demasiada importancia a tener una imagen aceptable y adecuada, porque hoy me miro al espejo llena de huecos y de tinta y la sonrisa dientona revela una felicidad diferente, la de saberme soberana absoluta de las cosas que solo me importan a mí. Y la de la otra reina muestra la altivez de la corona de madre de la que ya nos empezó a reemplazar como centro de las fotos familiares.

11 comentarios:

  1. Tu has escrito muchas cosas que me han gustado pero creo que esto es lo mejor hasta ahora.

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  2. Awwww pues si las fotos viejitas son lo mejor, pero haber pasado todo eso y mirarse al espejo y seguir siendo feliz de una manera diferente, pero feliz ... No tiene precio =D Buen blog anita

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  3. muy buen blog sobre todo la parte de "le di demasiada importancia a tener una imagen aceptable y adecuada, porque hoy me miro al espejo llena de huecos y de tinta y la sonrisa dientona revela una felicidad diferente, la de saberme soberana absoluta de las cosas que solo me importan a mí" ojala mucha mas gente se sintiera asi y fuera feliz tal como es, sin darle importancia a cosas superficiales. Me gusto mucho este blog!!

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  4. me quito el sombrero. Cosa pa bella y cierta. Y lo mejor: cuando nos sentimos bien con nuestro cuerpo y lo vivimos a plenitud. Total, lo tenemos prestado mientras estemos en este mundo. Besotes, maikuin

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  5. Tal cual anita, no hay nada mejor que sentirse bien con uno mismo antes de tratar de encajar en los estandares de belleza... Y definitivamente pasar a lo largo de los años enseñan lo superficial de algunas epocas... Buen Post, eso es nuestra vida un album lleno de recuerdos...

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  6. Este es el mejor post que he leido hasta hoy... sin palabras....

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  7. Pues si cuñys, ya estamos en el 3er piso y en nuestro cuerpo, mente y actitud se refleja la satisfacción de unos años bien vividos con nuestros amigos y familiares, y esos memorables momentos dejan huella y hacen crecer!

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  8. FE DE ERRATA: En mi casa no consumimos mermelada por lo tanto, JAMAS se han reciclado vasos de mermelada pq esos están prohibidos por esta señora caprichosa desde que descubrió el poder de sus peticiones con temple santandereano! es decir hace uff...uff...... je,je,je

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  9. Este blog me hace muy feliz pq fue necesario vivir lo vivido para poder valorar todas las bendiciones que ahora tengo y si bien es cierto que no tengo la figura de aquella época que para recordar me quedan las fotos de ese viejo album; también tengo toda la felicidad del mundo por ser la reina del mondongo y la mamá de la hermosa Isabella, que delicia cuando en el cuerpo se notan todos los logros y señas de lo que vivimos y se nota que hay camino recorrido pero que aún queda mucho por recorrer...aprender, y continuar siendo feliz...ah aquellos años mozos, pero estos son mejores, pq mi familia creció cuñys, tengo a Isabella, te tengo a ti y tengo un amor que me acompañará toda la vida!!!
    Nota aclaratoria, en la figura y rostro se nota pero soy joven porque la juventud es de espíritu y yo la alegría la llevo en el alma!

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  10. Ah... y tendré 60 años pero si puedo, con tacones!!!

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