sábado, 30 de julio de 2011

La saqué barata...

Tan barata que casi tengo para regalar. Me pasa que llego tarde a todo pero no por impuntual sino porque el mundo se mueve mas rápido que yo. Por ejemplo: llegué tarde a las causas en las que creo, soy tan defensora de los derechos humanos como el que más, pero cuando aterricé en este planeta en mi configuración femenina, étnica, minoritaria, migratoria y global, ya la tarea estaba hecha. Ya las protestas se habían hecho y los sacrificios pagados con sangre ajena me permiten ufanarme de las circunstancias que apenas una generación antes me habrían marcado para el fracaso y la frustración.
Cuando entendí que cada persona es libre de escoger lo que le hace feliz, y que eso se manifiesta perfectamente en el acto de hacer del culo un florero, ya la constitución garantizaba derechos fundamentales sin discriminación alguna, y hasta la asamblea nacional llego tarde a esa conclusión porque los franceses llevaban siglos con el mismo son y hasta la ONU, que de vaina se pone de acuerdo para las reuniones, había hecho la declaración en la época en la que la idea de que yo naciera todavía estaba a un par de generaciones de distancia.
Nunca tuve el dilema de cuestionarme una fe que jamás alcanzo a permearme el cerebro, pero cuando me las tire de rebelde, ya el ateísmo era más viejo que cagar sentado y aunque mi familia no lo admita en público, seguro que secretamente esperaban que dictara mi propia creencia, o falta de ella en favor de intereses más edificantes...cosa que tampoco se materializó por aquello de que también llegue tarde para lo de los descubrimientos e inventos de las cosas que me gustaban, tan tarde que todo estaba estudiado, probado, refutado y recontra probado. Hawkins ya era viejo y tenia ene libros escritos cuando yo nací y ya ni a los gringos les interesaba volver a la luna.
Entonces no hubo necesidad de gastarle mucho cerebro a escoger la carrera con la que me ganaría la papa, obviamente tenía que ser administración de empresas porque algún negocio se me iba a ocurrir para revolucionar el microcosmos de las oficinas en mi calidad de súper gerente. El único problema era que ya en la universidad llevaban graduadas treinta promociones de a cincuenta colegas con la misma idea, y nada mas el primer día de clases había otros doscientos bollones igual de pretensiosos haciéndome la competencia. Pero bueno, algo se me tenía que ocurrir para destacarme en esa marejada de mediocridad, y terminé diciéndole a la competencia la de Bart Simpson: "Si tienen tele, ahí se ven", unas diez temporadas después de acuñada la frase, y me fui a los niuyores, a ser la colombiana numero tres millones doscientos ochenta y tres mil cuatrocientos noventa y dos en aterrizar en Queens desde que Colombia es Colombia y Queens es Queens. Que vaina, pero no me iba a dar por vencida tan fácil, asi que con las mismas me subí al metro y arranqué pal Village, que ya ni estaba de moda para ser rebelde pero igual allá me fui a hacer mi tatuaje, que es un arte más viejo que la biblia, y a pintarme el cabello de rosado cuando el tinte de colores ya lo vendían en las farmacias normales. Ya se me estaban acabando las opciones de ser pionera en algo, cuando se me ocurrió irme a Barcelona, porque en esa tierra extraña solo había otros cuatro millones de chibchas y se conseguían pandebonos mas cerca de mi apartamento en el Raval que de mi casa en Barranquilla.
A estas alturas ya me se me iba asaltando la duda de si iba a ser capaz de llevar la delantera en algo, pero sin desanimarme me dedique a cultivar el gusto por escuchar música, solo para descubrir que una buena parte de los cantantes de mi colección llevaban mas años chupando gladiolo que yo vistiéndome sola, y que las bandas que por fin tenía la oportunidad de ver en vivo en el primer mundo llevaban al menos una presidencia separadas a termino indefinido.
Yo soy la antítesis del hipster de mi generación, ese que conoce, hace y sabe de todo antes de que sea popular y perrateado. Asi que no me queda más que dedicarme al reciclaje, entre la realidad aplastante de no tener nada nuevo que aportar y la incapacidad absoluta que presento para siquiera mantenerme al día con lo que pasa en el mundo, lo único que me queda, lógicamente, es ponerme a escribir libros cuando las editoriales están en crisis y todos los días cierran una librería por falta de ventas, aquí estoy, reinventando la rueda, porque al fin y al cabo la saqué tan barata que sería un crimen no compartir estas bobadas regurgitadas de manera gratuita.

3 comentarios:

  1. Es relativo, cada dia es una oportunicad para crear aguna joda, asi sea un chiste, un huevo frito o un blog, y por mas normaluchos que parezcamos siempre seremos capaces de hacer algo que los demas no puedan.

    Me imagino que si cada uno lograra descubrir esa cosa para la cual es mejor no habria en este mundo tanto concurso chimbo.

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  2. Estoy de acuerdo con Edwin, el problema creo yo es que se nos ha metido la idea de ser diferentes a como de lugar, por eso hay gente que se pasa la vida tratando de alejarse de lo popular y buscando nuevas tendencias en todo. Una frase lo resume: "Eres diferente, como todos los demás". Es esa búsqueda de individualidad lo que impulsa esa la que al final termina siendo frustración por ser uno más del monton. A mi parecer todos nos parecemos más de lo que nos gustaría, por eso nos asociamos, por eso nos identificamos con otros en muchos aspectos, sólo que no nos gusta admitirlo.

    Ana me gustá mucho el estilo que estás desarrollando :D Así digas que es sin estilo, pero me gusta igual, de contar en lugar de simplemente describir :) Me recuerda un poco a Caicedo.

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  3. Jejeje hace rato no escuchaba o leia la palabra bollona. Es genial, resume esa actitud que solo otra bollona ocasional, puede identificar.

    Me queda la duda. Los unicos hipster que conozco son los de Leonisa, que usa esta dama con riguosidad, ya que no se marcan con la ropa ajustada, dan libertad de movimiento y no "parten" la cadera" con la salida del consabido gordo.

    De resto, yo si soy diferente, asi no haya hecho antes algo de lo que relacionas. Si todos fueramos iguales no habria chiste. Y si, cada dia uno hace algo que marca la diferencia y permite que sigamos pensando que esta vida (aqui, alla o maracuya) es maravillosa.

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